terça-feira, 13 de março de 2012

A filha de Pavlov redime o pai, vivisseccionista, de seus crimes

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.La hija de Pavlov salva y protege animales como penitencia.

  La hija del famoso académico y fisiólogo soviético Iván Pavlov, se dedica a salvar mascotas, en un acto de penitencia por los sacrificios de animales que había practicado su padre.
Renunció a su carrera de actriz y a su matrimonio para dedicarse a asistir mascotas abandonadas y enfermas. Reconoce que es una forma de compensar los sacrificios que había practicado su padre cuando experimentaba sobre reflejos condicionados.
"De niña no entendía por qué desaparecían los perritos que vivían en nuestra casa, pero cuando supe a qué se dedicaba mi padre decidí penar sus pecados", señaló Valentina Yermakova.
Agregó que renunció a su carrera de actriz de cine y dedicó su vida a salvar animales, al ser entrevistada por el diario Moskovski Komsomolets.
Su madre tenía 19 años cuando en 1927 empezó a trabajar como ayudante en el laboratorio de Pavlov, quien entonces tenía 77.
Por ese tiempo avanzaba en su conocida teoría sobre los reflejos condicionados de los perros.
Seis años más tarde nació Valentina, pero su madre guardó el secreto durante toda la vida y sólo antes de morir, hace dos décadas, reveló a su hija quién había sido su padre.
Entonces Valentina vendió su piso en el centro de San Petersburgo, compró una pequeña parcela en el poblado Kirovets-2, a cuarenta kilómetros de la ciudad, y se dedicó a recoger y a curar a animales abandonados, enfermos y heridos.
Hoy, alberga en su parcela a unos sesenta perros, cuarenta gatos y una veintena de pájaros y aves de corral a los que no consigue encontrar nuevos dueños, puesto que casi todos son minusválidos.
"Por los perros, he renunciado a mi vida familiar. Mi primer marido vive ahora en San Francisco, y el segundo emigró a Australia", cuenta.
Un vecino y varios voluntarios de San Petersburgo la ayudan a alimentar a los animales, le traen comida y medicamentos.
De su infancia recuerda a los numerosos perros que vivieron en el apartamento en el que Pavlov alojó a su madre en el recinto del Instituto de Medicina Experimental y las confusas explicaciones que le daban los adultos cuando esos animales desaparecían.
Pávlov murió en 1936, en medio de rumores sobre su posible envenenamiento en medio de las purgas estalinistas o bien víctima de algún veneno que él mismo ensayaba en animales.
"Mamá contaba que en los últimos años mi padre sufría acosos debido a que había empezado a experimentar con los monos y se había empeñado en cruzar al mono con el hombre, lo que despertó indignación en los círculos científicos", relata Valentina.
No obstante, cuenta, Pavlov logró encontrar a una mujer dispuesta a someterse a tan extravagante estudio, "pero desde las alturas del poder llegó la orden de prohibir ese experimento".

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